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Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 23, No. 4, octubre-diciembre pp. 11-17, 2019 Introducción.

El mosquito del género Aedes, particularmente el Aedes Agypti y el Aedes Albopictus, presente en prácticamente todos los países de la región, es el agente transmisor de ambos virus. La Organización Panamericana de la Salud, conocida por sus siglas como OPS, reportó, que se han registrado más de 850 mil casos de dengue en las Américas y más de 470 muertes por dengue grave. En tanto, por Chikungunya, desde la confirmación de transmisión autóctona en diciembre del año pasado hasta el 5 de septiembre de este año, se han registrado ya unos 650 mil casos y 37 muertes relacionadas con esta enfermedad.

El dengue es actualmente una de las enfermedades víricas de transmisión vectorial más importante en la región. En octubre de 2007, los países de las Américas representados en la 27 Conferencia Sanitaria Panamericana, reconocieron que los crecientes brotes de dengue y la complejidad de la situación epidemiológica alertan sobre la presencia de macrofactores condicionantes de la transmisión, como la pobreza, el crecimiento poblacional sin precedentes, la urbanización no controlada ni planificada, las migraciones, el deterioro de la situación ambiental, la falta de suministro estable de agua, la disposición inadecuada de desechos sólidos y el aumento de la chatarra, neumáticos y plásticos en desuso.

La OPS y la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su parte, continúan el asesoramiento a todos los países para intensificar las medidas técnicas de prevención y control del dengue, basadas en la Estrategia de Gestión Integrada (EGI-dengue) que los países implementan. Su carácter integrado y multidisciplinario ha mostrado ser de mucha utilidad en la gestión en los países para prevenir y organizar la respuesta nacional ante situaciones de brotes, epidemias y en períodos interepidémicos.

Durante las últimas décadas, en Las Américas se ha registrado el más drástico incremento en la actividad del dengue, especialmente en Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, Perú, Venezuela y Paraguay.

En Cuba están presentes ambos mosquitos, por lo cual la vigilancia y lucha antivectorial es una prioridad para el país, como componente esencial en la prevención y control de estos virus. A 30 años de sufrir la primera epidemia de dengue severo en el hemisferio occidental, Cuba celebra el nacimiento de su campaña para la erradicación del Aedes Aegypti con una situación epidemiológica única, pues luego de 1981 ha conseguido eliminar todos los brotes y mantenerse entre las naciones latinoamericanas sin un comportamiento endémico de la enfermedad, junto a Chile y Uruguay, a decir de la líder del Laboratorio de Arbovirus del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kouri (IPK), la Profesora Mayling Álvarez Vera.

En la última Mesa Redonda dedicada a la situación epidemiológica, especialistas y directivos del Ministerio de Salud Pública explicaron que entre las enfermedades transmisibles con las que se tienen que extremar las precauciones por el riesgo que suponen, se encuentra el dengue, presente en 35 municipios del país entre estos los 15 de la capital, si bien lo más preocupante es que en los últimos tiempos se han identificado los cuatro serotipos del virus en coexistencia. Sin embargo, de acuerdo con criterios de la Dirección Nacional de Epidemiología emitidos con anterioridad a este rotativo, si bien aún quedan deficiencias técnicas por mejorar en el trabajo de la campaña antivectorial, también son muchas las personas que no perciben aún el riesgo de estas enfermedades, y no toman medidas ni favorecen y exigen la inspección de las viviendas.