Introducción
Los sistemas cacaoteros actuales provienen de estructuras ecológicas complejas
(selváticas), altamente biodiversas que permiten tener en asociación alimentos variados y
funcionales en el sistema productivo y que aportan al sistema concentración de biomasa y
protección de suelos y aguas (ICCO, 2013).
El cacao (Theobroma cacao L.) es una planta nativa del centro y noroeste de América del
Sur, según refiere Jumbo (2017). Se originó, en la región alta amazónica, la de mayor altura
de la cuenca del río cerca de Iquitos. A pesar de su origen americano, las mayores
producciones y exportaciones de cacao provienen de África e Indonesia, aunque son
importantes productores Brasil, Ecuador y las islas del Caribe. El comercio de cacao se
realiza teniendo en cuenta su calidad, el mismo se divide en fino de aroma y corriente, que
corresponde a las variedades originales de Criollo, el primero, y Forastero más los híbridos
desarrollados por el hombre mediante el uso de la mejora genética fundamentalmente.
Espinel (2016).
A nivel mundial, la producción de cacao supera los 4 000 000 de toneladas de granos. Es en
cinco países (Costa de Marfil, Ghana, Indonesia, Nigeria y Camerún) donde se concentra el
84 % de la producción. África, por su parte, es responsable del 73 % de la producción y del
64 % de la superficie sembrada de cacao. Los países de América por otro lado solo
contribuyen con el 17 % de la producción mundial y el 17 % del área sembrada de cacao,
Asia y Oceanía aportan el 10 % de la producción y el 19 % de la superficie sembrada. Arvelo
et al. (2016).
En Cuba el cacao que se cultiva es del grupo morfogeográfico Trinitario, aunque se
introdujeron clones Forasteros y existen algunos árboles de Criollo. De acuerdo con su
origen y modo de reproducción el cacao en Cuba se clasifica en tres grupos. El cacao
tradicional, reproducido por semillas durante muchos años, cuyas plantaciones tienen 40 o
más años. El cacao híbrido, introducido al país mediante semillas de hijos de TSH (del inglés
Trinidad Selected Hybrid) y producidos por semilla híbrida de padres conocidos y polinizados
manualmente, entre los que se destacan los hijos de TSH. Los clones, introducidos al país y
reproducidos por injertos o estacas, entre los que predominan los UF (introducidos desde
Costa Rica en 1955) y de ellos los más propagados son los UF-650, UF-654 y UF-677
(Powis et al., 2011 y Jumbo, 2017).
En el municipio de Baracoa existe del 78 % de la producción del país, donde predominan las
condiciones ecológicas y ambientales para su correcto desarrollo. Suárez et al., (2015) en
estudios de zonificación agroecológica en diferentes partes del macizo montañoso Nipe-
Sagua-Baracoa concluyeron que el 53 % de la superficie total de dicho macizo posee
condiciones climáticas óptimas, medianamente óptimas y aceptables, que responden a los
requerimientos del cacao. Para el logro de tales propósitos es necesario establecer clones e
híbridos con alto potencial genético, que respondan a una buena calidad del cacao, y a la vez
con altos rendimientos.
En tal sentido, la Estación Experimental Agroforestal de Baracoa, desde su fundación ha
trabajado intensamente con el objetivo de obtener clones e híbridos con elevadas
frecuencias de alelos favorables que puedan propiciar un buen desempeño en la producción
y comercialización de semillas hibridas para ofrecer a las diferentes entidades cacaoteras un
material genético que reúna características agronómicas y fitosanitarias deseables para
mejorar cualitativa y cuantitativamente el cultivo. También es propósito buscar una adecuada
variabilidad genética. El objetivo del presente trabajo estuvo encaminado a evaluar
diferentes clones e híbridos de T. cacao, en el Banco de Germoplasma de la Estación
Agroforestal de Baracoa.