Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 28, No. 2, abr-jun, pp. 48-54, 2024
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En su preparación metodológica previa se hace necesario que el profesor tenga en cuenta,
además, los conocimientos culturales que aporta el contenido a impartir desde sus
antecedentes que según Pulido (2016), estos estudios sobre el medio ambiente y los factores
que están relacionados han sido estudiados desde siglo atrás. A causa de la creciente
contaminación, en 1972 se realizó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente, en la cual se debatió sobre aspectos vinculados al cuidado, preservación y uso
responsable de los elementos ambientales (Olaguez, Peña y Espino, 2017).
Actualmente, la educación ambiental tiene un gran impacto en el desarrollo económico y
político de los países que impulsan su desarrollo (Jackson et al., 2016), puesto que el
progreso no solo se da a nivel macro, sino también, involucra a la población y, a cada
individuo debido a la conciencia general sobre el cuidado del ambiente que forma parte de su
hábitat y que al conocer los problemas que coexisten en su entorno; además impulsa la
búsqueda de soluciones prácticas, dinámicas y participativas (Villadiego-Lordy et al., 2017).
Sin embargo, se han criticado el efecto de la inclusión de políticas medioambientales en el
ámbito académico, debido a que no cumplen con las expectativas iniciales en relación al
cambio en los estudiantes (Rahman, Halim, Smith y Soh, 2018).
Acciones metodológicas para fortalecer la formación de actitudes ambientalistas.
Fundamentación.
Para la fundamentación de las acciones se asume la dialéctica materialista como método
general del conocimiento, y la aplicación del método histórico lógico para la comprensión de
la labor del docente en diferentes momentos de la historia de la humanidad, lo que corrobora
el condicionamiento histórico social de esta práctica educativa evidenciada desde la
sistematización teórica realizada por las autoras.
La representación de las acciones es pertinente, en tanto le atribuye un papel más
intencionado al sujeto en el proceso de construcción de las acciones, consideradas además
como un subproceso del proceso educativo de la educación preuniversitaria, en las que las
relaciones de esencia establecidas se concentran en un proceso integrador que trasciende el
espacio escolar al incluir todas las fortalezas internas y externas que se producen en la
actividad, y además, regular el comportamiento de los participantes en dicho proceso, lo que
contribuye al modelo del estudiante de preuniversitario.
A partir del reconocimiento de que la integralidad del proceso educativo constituye una
unidad dialéctica entre sus componentes y que las propiedades del sistema en general son
en niveles cualitativamente distintas a las propiedades de los componentes por separado,
dichas propiedades son precisamente las que propician las relaciones entre los componentes
y las sintetizan, a fin de caracterizar el sistema y su desarrollo.
La idea rectora de las acciones se precisa en su fundamento pedagógico. Esta concibe la
educación como conductora del desarrollo y la implementación de un proceso educativo
centrado en las necesidades de la creación de un clima de respeto, solidaridad,
comunicación, socialización, participación cooperativa, de diálogo y disciplina escolar
favorable como condición fundamental para la sostenibilidad de la calidad del profesor y los
estudiantes y sus agentes socioeducativos.
Es decir, está basado en una pedagogía que evidencia la dinámica del papel relevante del
medio y sus interacciones para la educación del estudiante de preuniversitario, por un lado,
y, por otro, la necesidad de un constante diagnóstico que permita una dinámica en relación al