Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN:1028-0871 Vol. 28, No. 2, abr-jun, pp. 35-41, 2024
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Introducción
En Cuba, a partir del Triunfo de la Revolución, se destaca la voluntad política del país en
función de la protección del medio ambiente y del uso adecuado de los recursos, temática
que cobró mayor auge a partir de la Cumbre de la Tierra, al lograrse a partir de ese momento
importantes avances, como la identificación de los principales problemas ambientales del
país, lo que ha posibilitado jerarquizar su atención y dirigir hacia ellos los esfuerzos de la
gestión ambiental (Serrano, 2006).
En este sentido, la Dirección de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, las diferentes
educaciones del Ministerio de Educación y las Universidades de Cuba realizan ingentes
esfuerzos en la contextualización del contenido ambiental de los currículos de todas las
educaciones, en correspondencia con lo orientado en los documentos rectores del Partido,
en la Estrategia Ambiental Nacional, el Programa Nacional de Educación Ambiental, el Plan
de Estado para el Enfrentamiento al Cambio Climático (Tarea Vida) y la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible.
En los análisis realizados de diferentes investigaciones relacionadas con la Educación
Ambiental, tales como: Addine (2001), Hedesa (2013) y Joaquim (2016) son del criterio de
que en el currículo de las asignaturas que se imparten en la Enseñanza Media se tiene en
cuenta el estudio de procesos y fenómenos naturales, así como de las transformaciones que
desde el punto de vista social el hombre provoca en el medio.
A pesar de que los programas existentes declaran el objetivo de preservar el entorno natural,
se siguen asumiendo actitudes negativas contra la protección del medio ambiente por los
alumnos, por lo que todo el esfuerzo que se realiza por llevar a cabo la Educación Ambiental
a las diferentes esferas de la sociedad, es poco si se tiene en cuenta que al preservar los
recursos naturales del presente se garantiza la vida de la futura generación (Bento, 2017).
La educación ambiental está enmarcada en la formación de un ser humano nuevo con
informaciones que le permitan estar de cara a los avances científicos y tecnológicos,
conservando el medio ambiente y respetando la naturaleza, para el logro de la formación
integral de las nuevas generaciones, dotadas de valores éticos que se traducen en una
conducta responsable en la interacción con la naturaleza.
La necesidad de lograr un papel más activo de los alumnos en el proceso docente educativo
y fundamentalmente a través de las asignaturas del plan de estudio, requiere la inclusión de
tareas docentes estructuradas con problemáticas medioambientalistas, requiere de un
proceso consciente de sistematización del aprendizaje, dar una salida coherente a los
contenidos ambientales en todas las clases, y desarrollar en los alumnos una conciencia
ambiental (Agostinho, 2017).
En las comprobaciones empíricas realizadas para el estudio de esta problemática, se pudo
constar las siguientes dificultades:
Insuficientes conocimientos sobre los problemas ambientales locales en su relación
con los problemas nacionales y globales.
Pobre aprovechamiento de los conocimientos químicos para la interpretación y
actuación antes los problemas ambientales.
Manifestaciones conductuales no acorde con las exigencias actuales para la
conservación y protección del medioambiente.
Pobre sistematización de los contenidos de la educación ambiental en el proceso de
enseñanza aprendizaje de la Química.
A partir de lo antes expuesto la investigación tiene como objetivo: proponer la concepción de
tareas docentes estructuradas para la sistematización del aprendizaje de los contenidos