Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN:1028-0871 Vol.28, No. 2, abr-jun, pp. 55-62, 2024
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toca a nosotros: usar el conocimiento alcanzado y el potencial (y cómo no: el sentimiento)
para prodigarle los cuidados que necesitan sus achaques: los provocados por el egoísmo
humano y, si es posible, aun los que sean de por sí consecuencia natural de su longevidad.
Pensaba comentar, pero para amantes de la naturaleza, ¿qué agregar que no esté en la
mente y el corazón de cada uno? Aquí, como si estuviéramos acompañados por Martí en
una expedición, y a la luz de una fogata bajo el monte o en la boca de una cueva, mientras le
brindamos nuestro estimulante mejunje de pimienta cimarrona y zarzaparrilla, le escuchamos
estas reflexiones:
1- (...) la naturaleza es ruda, como todo lo verdaderamente amante. T. 8 p. 286.
2- (...) lo bello (...) está en la salud, en el amor sincero, en el trabajo, en la fuerza, en la
naturaleza. T. 22 p. 65.
3- La poesía no es más que la expresión simbólica de los aspectos bellos de la
naturaleza. T. 22 p. 96.
4- Más bella es la naturaleza cuando la luz del mundo crece con la de la libertad (...) T. 4
p. 382.
5- (...) puede uno rehacerse el cuerpo aflojado en el trato íntimo con la naturaleza (...) T.
4 p. 89
6- (...) las amigas selvas, mejores guardadoras de nuestro honor que las ciudades (...) T.
4 p. 189.
7- (...) la naturaleza (...) maestra principal. T. 22 p. 101.
8- Divorciar al hombre de la tierra, es un atentado monstruoso. (...) a las aves, alas; a los
peces, aletas; a los hombres que viven en la naturaleza, el conocimiento de la
naturaleza: esas son sus alas. T. 8 p. 278.
9- (...) aprender (...) el manejo de las fuerzas reales y permanentes de la naturaleza, (...)
aseguran al hombre un sustento permanente y real. T. 8 p. 279.
10- (...) el único camino abierto a la prosperidad constante y fácil es el de conocer,
cultivar y aprovechar los elementos inagotables e infatigables de la naturaleza. La
naturaleza no tiene celos, como los hombres. No tiene odios, ni miedo como los
hombres. No cierra el paso a nadie, porque no teme a nadie. T. 8 p. 289.
11- La mente sube de grados en el conocimiento, y contacto y creación de la naturaleza.
T. 8 p. 411.
12- ¡(...) no hay crianza como la de esta vida directa, esta lección genuina, estas
relaciones ingenuas y profundas de la naturaleza con el hombre, que le dejan en el
alma cierto perpetuo placer de desposado, -a quien no engañó jamás su amada! T. 9
p. 459.
13- ¡No sé qué tiene la tierra, que invita a dormir sobre ella! T. 9 p. 438.
14- ¡Qué saludable comercio, luego de los menudos y dolorosos de la vida diaria, el del
hombre y la naturaleza! T. 9 p. 459.
15- ¡No hay sobre la tierra “nobleza mayor, ni impresión más sana y dulce, que la que
pone en un alma limpia el espectáculo de la hermosura de la naturaleza, y el tráfico
con sus fuerzas vivas”! T. 10 p. 226.
16- El bosque alegra, como una buena acción. La naturaleza inspira, cura, consuela,
fortalece y prepara para la virtud al hombre. Y el hombre no se halla completo, ni se
revela a sí mismo, ni ve lo invisible, sino en su íntima relación con la naturaleza. T. 13
p. 25.
17- ¡Sólo para los felices es hermosa la naturaleza! T. 13 p. 75.
18- (...) la naturaleza es sagrada, consoladora y una. T. 13 p. 444.
19- La naturaleza es de perpetua frescura y generosidad maternal. T. 19 p. 75.