Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 27, No. 4, oct–dic, p. 114-120, 2023
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Introducción
El Sistema de Innovación Agropecuaria Local (SIAL) aporta una experiencia innovadora que
busca la gestión participativa de la innovación y el desarrollo a nivel territorial, además de
multiplicar conocimientos para conducir los procesos de desarrollo local, a partir de la puesta en
práctica de un modelo económico descentralizado que sitúa a los municipios como protagonistas
de sus estrategias de desarrollo de abajo hacia arriba.
Un sistema de innovación es un engranaje resultante de la articulación de actores que, apoyados
en organizaciones, instituciones, políticas públicas y normas y mecanismos regulatorios que lo
permiten, interactúan entre sí para producir, difundir y usar el conocimiento en pro del desarrollo
de un contexto cambiante en función de generar un bienestar social. Jover (2019)
La articulación ciencia-gobierno también es clave para abordar con éxito otro de los grandes
desafíos que la nación está enfrentando: el impulso al desarrollo local; entendido éste como un
proceso multidimensional que según el concepto de desarrollo sostenible incluido en la Agenda
2030 de la Organización de Naciones Unidas incluye, interrelacionadas, las variables: económica,
social y ambiental. Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2017) y
también la dimensión institucional.
En los últimos 20 años existe un desarrollo vertiginoso a nivel de estudios con impacto en la
producción agropecuaria, ya que este sector puede contribuir al logro de objetivos sociales,
ambientales y económicos. En lo social, produciendo alimentos nutritivos e inocuos y reduciendo
los riesgos en la salud. En lo ambiental, con un uso eficiente de los recursos renovables y no
renovables, disminuyendo la erosión de los suelos, manteniendo o mejorando su calidad, y
minimizando el riesgo de contaminación de aguas. En lo económico, generando riquezas,
comercio de alimentos y empleos que pueden favorecer a grupos con desventaja social. Por lo
antes expuesto, se puede afirmar que alcanzar un desarrollo agropecuario en un municipio,
constituye una de las tareas principales que deben atender los gobiernos locales, en aras de
fortalecer el desarrollo local.
Los cambios que acontecen en los contextos nacionales e internacionales, signados por el
proceso de globalización y, la simultaneidad de las crisis (económica, financiera, energética,
alimentaria y ambiental), tienen mayor impacto en los países subdesarrollados, lo que a su vez
se refleja en el trabajo y desempeño de los sectores en diferentes niveles. Es por ello la necesidad
del perfeccionamiento de la teoría y la práctica que sustentan estos procesos, y ofrecer
respuestas pertinentes a las necesidades de los municipios.
Materiales y métodos
Objetivos del desarrollo local
Cuba muestra que la agricultura campesina es parte de los fundamentos de una sociedad mejor.
Que lo dicho por la Vía Campesina y muchos otros de la importancia y el inigualable potencial de
la agricultura campesina para proteger el planeta, alimentar a la humanidad y asegurar el buen
vivir, es plenamente cierto. (Cruz, 2016)
El desarrollo local ocupa un lugar relevante en la actualización del modelo de desarrollo
económico y social de Cuba. El Lineamiento 17 de la Política económica y social del Partido y la
Revolución para el período 2016 – 2021, (Partido Comunista de Cuba [PCC], 2017), expresa:
Impulsar el desarrollo de los territorios a partir de la estrategia del país, de modo que se
fortalezcan los municipios como instancia fundamental, con la autonomía necesaria,
sustentables, con una sólida base económico productiva, y se reduzcan las principales
desproporciones entre estos, aprovechando sus potencialidades. Elaborar el marco jurídico
correspondiente. El Artículo 168 de la Constitución de la República. Asamblea Nacional del Poder
Popular (2019) define que: