Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 26, No. 4, oct - dic, p.1-10, 2023
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Introducción
El cacao (Theobroma cacao Lin.) es un cultivo importante en el mundo, especialmente en
países tropicales. Esta especie se desarrolla en diferentes agroecosistemas bajo sombra,
mayormente de árboles frutales (Anzules et al., 2018). Es una planta que se cultiva en los
trópicos húmedos, es nativa del centro y noroeste de América del Sur. De sus semillas
fermentadas y secas se obtiene el chocolate y cuatro productos intermedios: torta de cacao,
manteca de cacao, cacao en polvo y licor de cacao. Además de su utilización como alimento
tiene aplicaciones farmacéuticas y cosméticas (Bhattacharjee y Kumar, 2007; Aikpokpodion,
2012).
Tradicionalmente, los dos principales grupos genéticos del cacao (Theobroma cacao), se
definieron, basado en características morfológicas y origen geográfico, son el “Criollo” y el
“Forastero”. Un tercer grupo “Trinitario”, consiste en una hibridación de “Criollo” x “Forastero”
(Cheesman E, 1944). Paralelamente los botánicos describían dos subespecies: cacao y
Sphaeorocarpum, Criollo y Forastero, respectivamente; los cuales de acuerdo a algunos
autores evolucionaron en Centro y Sur América, respectivamente (IBERIACOCOATRADING,
2016).
Los resultados obtenidos en las más recientes investigaciones acerca del germoplasma del
cacao (Motamayor et al., 2008), llevó a proponer 10 grupos: genéticos: Marañon, Curaray,
Criollo, Iquitos, Nanay, Contamana, Amelonado, Purus, Nacional y Guiana. Esta nueva
clasificación refleja de una manera más precisa la diversidad genética para los mejoradores
que la tradicional (Criollo, Forastero, Trinitario).
Bidot, (2015) clasificó sobre la base de los descriptores morfológicos 539 plantas de cacao
tradicional cubano en los grupos tradicionales Criollo, Forastero y Trinitario. Sin embargo,
con la utilización de técnicas de análisis molecular (marcadores micro satélites) pudo
clasificarlas en 7 grupos de los propuestos por (Motamayor et al., 2008)
En el mundo se producen anualmente 4,3 millones de toneladas de grano de cacao (ICCO,
2011) de los cuales 74,9 % se concentran en África Occidental, 12,1 % en el sureste asiático
y 13 %, en América Latina. Costa de Marfil produce 35 % de la producción mundial (Solís et
al., 2015).
En América, el cacao se cultiva desde México hasta Brasil; este último es el más importante
en hectáreas sembradas, ya que representa el 40% del total de la región. Los países que le
siguen en cantidad de hectáreas sembradas son Ecuador (24%), Colombia (9%), República
Dominicana (9%), Perú (6%) y Venezuela (4%) (FAO, 2018).
Suárez et al. (2015), plantean que en Cuba la producción de cacao está concentrada en la
región oriental, específicamente en las zonas montañosas de las provincias de Guantánamo,
Holguín, Santiago de Cuba y Granma. Las primeras tres pertenecen al macizo montañoso
Nipe-Sagua-Baracoa, grupo orográfico que soporta el 94 % de la superficie total plantada.
Esta especie ha sido orientada a proyectos de reconversión productiva en terrenos
abandonados con historial de uso agropecuario (Ramírez et al., 2008). Sin embargo, muchas
de ellas no han tenido el éxito esperado debido a la alta mortalidad y al pobre crecimiento de
las plantas. Dichos problemas se asocian a diversos factores, entre los que sobresale la
severa degradación del suelo en los sitios de plantación (Calixto et al., 2015). Sin embargo,
el impacto de cada uno de ellos ha sido mayor por el uso de planta de baja calidad, que no
reúne las características morfológicas y fisiológicas apropiadas a las condiciones de los sitios
de destino (Conafor, 2012).
En vivero, la obtención de esas características está relacionada con la implementación de
diversas prácticas culturales (Rodríguez, 2008). La elección de una o más depende de su