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Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 25, No. 4, oct-dic. pp. 112-121, 2021 ellos destacan, las características de la tecnología, el potencial de adaptación de la

tecnología, la no existencia de evidencias suficientes que demuestren el impacto de la tecnología en la economía del productor, las características socioeconómicas del productor, el acceso a los servicios de extensión agrícolas y a créditos bancarios, así como, el nivel educacional y la edad del productor (Abdulla, 2015).

Determinación y valoración de los problemas sociales de la ciencia y la tecnología en el cultivo del cocotero en la región de Baracoa.

En Cuba, la primera referencia real que se tiene del origen del cocotero en la región de Baracoa es del año 1775 (Cueto y col., 2007). La plantación y exportación a gran escala de cocos en Baracoa comenzó a finales del siglo XVIII impulsado por las reformas borbónicas y por la entrada de inmigrantes, con posterioridad a la Revolución de Haití (García, 2000). En esos años el cocotero constituía el primer renglón económico de Baracoa (Cueto y col., 2007), cuyas plantaciones se encontraban en manos de grandes trasnacionales como la J. Simon and Company de Nueva York y la United Fruit Company (Fernández, 2011).

Entre los años 1870 y hasta los años 1920 al 1930 los cocoteros se vieron afectados por la enfermedad conocida como amarillamiento letal, que provocó pérdidas para el comercio de exportación, estimadas en 10 000 dólares por mes. La epidemia involucró tanto a diversos agentes económicos interesados en su erradicación (los agricultores cubanos, colonos norteamericanos y compañías trasnacionales), como a espacios institucionales, locales e imperiales, desde donde se estudió, con el fin de controlar la crisis económica y ecológica en la región. Con el estudio de esta enfermedad se logró la construcción y circulación del saber agronómico tropical, y Baracoa se convirtió en el centro de las investigaciones de esta plaga (Fernández, 2011).

Aunque las pérdidas eran altas, los productores baracoanos insistieron en la plantación del cultivo utilizando plantas que nunca mostraron síntomas de la enfermedad. Lo cual favoreció que, en los últimos años de la década del 50, se iniciara un incremento de las plantaciones. Con el Triunfo de la Revolución se comienza a desarrollar un programa masivo de repoblación y siembra de frutales, y en agosto de 1987 se elaboró el programa de desarrollo para el cocotero. El mismo contemplaba incremento de los rendimientos, desarrollo de viales, comunidades, aplicación de los adelantos científico-técnicos, desarrollo industrial y aprovechamiento integral de productos derivados de la palma (Cueto y col., 2007).

Hasta inicios de los años 90 del siglo XX en el cultivo predominó una agricultura de monocultivo con altos insumos. La agricultura de monocultivo con una especie que aporta bajos niveles de hojarasca y por ende de materia orgánica, provocó la disminución de las propiedades químicas, físicas y biológicas de los suelos (Alvarado, 2019). En este período se produjo una transferencia de tecnologías y resultados científicos desde los países mayores productores, amparado en el instructivo técnico existente (Cuba, Ministerio de la Agricultura, 1990). Precisamente en el año 1990 se alcanzó el récord histórico de producción (27 600 t), lo que implantó en los productores un paradigma sobre la revolución verde (Alvarado y col., 2013). La existencia de escasos trabajos científicos publicados sobre el uso de técnicas agroecológicas en el cultivo del cocotero bajo las condiciones edafoclimáticas de Cuba, también tuvieron una influencia en el paradigma existente.

La modernización agropecuaria o "revolución verde" fue el modelo adoptado para el desarrollo agropecuario cubano entre 1959-89. La posibilidad de aplicar la ciencia y la técnica con una economía de escala, fue una de las razones para la organización de