Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 25, No. 4, oct-dic. pp. 103-111, 2021
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Media seguida de letras desiguales difieren significativamente de (p<0,05)
Las producciones en las Empresas Agropecuarias, resultan aún insuficientes para satisfacer la demanda de éstos productos alimenticios; por otro lado aunque en el país se empleen algunas cantidades de varios estimulantes para el incremento de las producciones, el conocimiento de los mismos y las cantidades obtenidas aún resultan insuficientes, por lo que se espera con el incremento de los rendimientos la obtención de mayor información que permita brindar ayuda a las entidades productivas para la aplicación de estimulantes, la preservación del medio ambiente y la obtención de producciones sostenibles (Izquierdo y Rodríguez, 2005).
La evaluación, introducción y aplicación a escala comercial de diferentes bioproductos, como bioplaguicidas, biofertilizantes, estimuladores de la maduración, inhibidores de la floración y activadores de las funciones biológicas, obtenidos de materiales orgánicos, son considerados como una generación de nuevos productos que pueden ocupar un espacio importante en la agricultura actual, cuyo impacto no resulta nocivo al ambiente como el uso continuado y a gran escala de los agroquímicos (Montano, 1998).
López et al. , (2005) aseguró que este producto es especialmente valioso en las plantaciones orgánicas, en asocio o poli – cultivos ya que resulta beneficioso al conjunto plantado. Puede aplicarse en mezclas con soluciones de compost y fermentados en general, Así como con el súper magro, potenciándole efecto. También se puede emplear en la agricultura convencional, para mejorar el aprovechamiento de los nutrientes, disminuir las dosis de fertilizantes o eventualmente sustituirlos, se puede emplear junto a los plaguicidas convencionales, con el fin de disminuir las dosis de estos a cerca del 50%, todo lo cual requiere pruebas in situ
Este producto se puede emplear en frutales, algodón, otros cultivos hortícolas, plantas forrajeras, leguminosas, oleaginosas, maíz, arroz, remolacha, caña de azúcar y en general, en todo tipo de cultivos, especialmente cuando se quiera favorecer la floración, fructificación y posterior desarrollo de los frutos. Cuando se trata de obtener frutos, se recomienda aplicar antes de la floración repitiéndose el tratamiento una o dos veces con intervalo de 3 ó 4 semanas (Montano et al ., 2008).
Las aplicaciones prácticas de los estimulantes en la agricultura a una mayor escala comenzaron en Japón en 1995 y hasta 1990 se habían informado de forma general, resultados similares a los anteriormente citados, al comparar el efecto de los brasinoesteroides con los de otra sustancia reguladora del crecimiento vegetal (Montes, 2000). La utilización de estimulantes se ha incrementado en los últimos años en la agricultura urbana y mundial, aunque en Cuba aún falta mucho por realizar sobre el impacto ambiental
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