Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 25, No. 4, oct-dic. pp. 84-92, 2021
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Las insuficiencias en la valoración científica sobre la unidad indisoluble salud- calidad de vida de la población con la diversidad, la productividad y la calidad del agroecosistema, relaciones causa-efecto de los problemas fundamentales concurrentes en la salud alimentaria, subyace en la mayoría de los problemas en la producción, distribución y consumo de los alimentos. ¿Quién son indicados para liderar la lucha contra este problema social de la salud?
Los profesionales de la Medicina General Integral (MGI), cuyo objetivo fundamental es la prevención de enfermedades y la promoción de una elevada cultura higiénica sanitaria en la población. El amplio margen de acción que poseen el médico y la enfermera de la familia en la atención primaria les da posibilidad de atender la salud de la persona, así como el entorno natural en que se desarrolla su vida sociocultural de la comunidad, lo cual condiciona su posible contribución al liderazgo desde lo científico en la lucha por la sostenibilidad e inocuidad agroalimentaria, tanto desde la perspectiva salubrista como educacional.
Entre septiembre 2019-diciembre 2020, se realizó un estudio cualitativo sobre las potencialidades que tiene la MGI para contribuir a la sostenibilidad alimentaria y la salud nutricional de la población en general, como tarea del Proyecto para el desarrollo sociohumanista en los profesionales de la salud (2018) aprobado por el Comité de Ética de la Universidad de Ciencias Médicas de Guantánamo, el cual promueve transformaciones en las concepciones y formas de trabajo de dichos profesionales para integrar la aprehensión de conocimientos y el desarrollo de acciones extensionistas de salud con impacto en la vida y el bienestar de las personas y comunidades donde se ejecuten
En la primera aproximación al problema, se realizaron las revisiones bibliográficas, las observaciones científicas del desempeño extensionista sociocultural de los profesionales de la MGI y las encuestas iniciales, con énfasis en acciones asociadas a la sostenibilidad agroalimentaria y la salud nutricional humana. En la segunda aproximación, se realizó el estudio secuenciado de sus acciones en torno al tema científico durante el año 2020. Desde la experiencia investigativa, la realización de investigaciones educativas unida al asesoramiento a trabajos investigativos en torno a esta temática, los investigadores llegaron a la percepción de que hay una pobre valoración en la MGI sobre las relaciones enfermedades de transmisión por alimentos – fragilidad de los agroecosistemas; así como de su peligro potencial para la población. Otras insuficiencias detectadas fueron:
- Deficiente interconexión en agricultores y la población en general entre el conocimiento acerca de los agroecosistemas locales y la cultura alimentaria.
- Insuficiente percepción en la población del riesgo a que se exponen.
- Fragmentado e ineficiente conocimiento acerca del manejo y conservación de los alimentos.
Los estudios realizados y las acciones de control en los servicios de salud arrojan incremento de las enfermedades de transmisión por alimentos y no existencia de plantas ni de acciones de beneficio y tratamiento de los alimentos antes de su consumo por la población, resultados contradictorios que denotan la existencia de un problema para la Epidemiología, la MGl y las ciencias agrícolas en general.
Estas insuficiencias en el conocimiento y observancia de la relación agroecosistemas - cultura alimentaria de profesionales de la salud y población en general, hacen ineficiente el