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Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 25, No. 4, oct-dic. pp. 44-53, 2021 Coincide com los valores que alcanzaron FAO (2018), al dejar claro que especies de valor de

importancia ecológica, son la que mejor se corresponden a las condiciones edafoclimáticas, al tener un mejor funcionamento fisiológico y permite una mayor probabilidade de sobrevivencia a curto, médio y largo plazo, además de eso que son las que mejor se desarrollan en el bosque o sistemas agroforestales: cacaotero, cafetalero, através de su estrutura horizontal y vertical.

Figura 3. Índice de valor de importancia ecológica (IVIE) del SAF.

Determinación de captura de carbono del SAF cacaotero

Las especies del estudio retienen un total de 521, 956 t de carbono, a razón de 20, 874 t por individuo sobresaliendo en su aporte: Roystonea regia , Samanea saman, Theobroma cacao y Spondias mombin con una retención de 298,026; 54,366, 51,711 y 36,386 t de carbono respectivamente ( tabla 1 ).

Todas las especies evaluadas constituyen en su conjunto un almacén de carbono lo que a su vez permite que se les considere como una estrategia de conservación y de reducción de CO 2 . De hecho, según Nowak et al. (1998), en términos de reducción del CO 2 atmosférico; los árboles ofrecen el doble beneficio: el almacenamiento directo de carbono y la disminución de la producción de CO 2 por parte de las plantas de energía que utilizan combustibles fósiles. Estos resultados permiten validar el criterio universal de que los bosques son sumideros naturales de carbono, como lo defendió Brown (2002), quedando demostrada la importancia de las especies forestales, por su aporte a la retención de carbono.

Estos resultados están acordes con Mercadet y Álvarez (2009) al plantear que una de las razones para poseer y reclamar más árboles en las ciudades es que estos atrapan el dióxido de carbono (CO 2 ), el gas de efecto invernadero con mayor impacto en el cambio climático. Algunos árboles tienen mayor capacidad de absorción que otros, un dato importante a la hora de plantar nuevos ejemplares con el objetivo de luchar contra el calentamiento global. Estos resultados coinciden con Santoyo et al . (2014) al plantear que es recomendable que se efectúen estos esfuerzos en las grandes ciudades para incentivar un manejo adecuado y de permanencia del arbolado urbano y así potencializar los beneficios brindados por dicha vegetación. También Weissert et al . (2014) explican que ante la creciente emisión de gases de efecto invernadero, generados por el sector transporte en las ciudades, resulta relevante