Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 25, No. 3, jul-sep. pp. 104-110, 2021

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El parámetro diámetro del tallo no mostró diferencias significativas entre los tratamientos 2 y 3, pero si hubo diferencias con respecto al tratamiento 1 y 4 en la primera evaluación, no comportándose así en la segunda evaluación que hubo diferencia entre los tratamientos donde se aplicó microorganismo eficiente con respecto al control sin aplicar.

Se observó que el tratamiento 2 (5%) tuvo mejor comportamiento en cuanto al parámetro altura, número de hojas y diámetro del tallo en ambas evaluaciones existiendo diferencias significativas entre este tratamiento con respecto al resto de los tratamientos. Este resultado puede estar sustentado en que estas variables expresan con claridad el efecto del bioproducto empleado.

Con respecto al número de vainas se pudo apreciar que hubo diferencias significativas entre los tratamientos 2, 3 y 4 con respecto al testigo siendo el tratamiento 2 el de mejor resultados donde se produjeron 12.0 vainas por plantas en la segunda evaluación y la menor cantidad de vaina la produjo el testigo sin aplicar con 5.7 vainas.

Ramírez (2018), demuestra en su investigación “efecto del bioestimulante orgánico biol en el rendimiento del frijol variedad canario 2000 ”, el cual reporta que las concentraciones 7.5% de biol produjeron el mayor número de vainas (16,48 vainas).

Estos resultados coinciden con lo obtenido por García (2016), al evaluar el uso de los biopreparados ME-50 y ME-UCF, que observó un incremento en el número de vainas por planta en las parcelas tratadas y que todos los tratamientos presentaron diferencias significativas con relación al testigo.

Similares resultados, fueron obtenidos por Calero, et al. (2016), al evaluar la utilización de ME combinados con Fitomas-E y/o Lebame, en la producción del frijol común, donde incrementaron el promedio de vainas por planta, así como por Correa, et al. (2012), al evaluar el comportamiento del número de vainas por planta en el frijol, variedad Guamá con el empleo de microorganismos eficientes.

Por su parte, Fernández-Larrea (2013), expone que los microorganismos eficientes pueden inducir la resistencia sistémica de los cultivos a enfermedades, evitando el uso de plaguicidas sintéticos y suprimir microorganismos patógenos indeseables por “exclusión competitiva o dominación absoluta ” y de esta manera favorecer el crecimiento, rendimiento y protección de las plantas de cultivo.

Haney, et al. (2015), plantean que los microorganismos eficientes incrementan el crecimiento, calidad y productividad de los cultivos, y promueven la floración, fructificación y maduración por sus efectos hormonales en zonas meristemáticas, así como que incrementan la capacidad de fotosíntesis a través de un mayor desarrollo foliar; inducen mecanismos de eliminación de insectos y enfermedades en las plantas, al inducir la resistencia sistémica de los cultivos a enfermedades, consumen los exudados de raíces, hojas, flores y frutos, evitando la propagación de organismos patógenos y desarrollo de enfermedades.

Con relación al efecto de los microorganismos eficientes en los sistemas suelo-planta, Luna & Mesa (2016), señalan que los microorganismos eficientes, como inoculante microbiano, restablecen el equilibrio microbiológico del suelo, mejoran sus condiciones físico-químicas,