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Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 25, No. 2, abr-jun. pp. 47-56, 2021 Introducción

Los autores consideran productores agropecuarios a las personas dedicadas directamente a la creación de bienes materiales alimentarios, con énfasis en los alimentos de origen animal, para la satisfacción de las necesidades nutricionales de la población. Al tener su objeto de trabajo en los ecosistemas naturales, interactúan con el medioambiente e inciden en su transformación porque su objetivo fundamental es producir para los mercados.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, (FAO,2019), el desarrollo de la producción de alimentos en general de manera intensiva, y hasta irracional en algunos casos por su mercantilismo extremo, ha generado la desmedida explotación de los recursos naturales en los ecosistemas agropecuarios terrestres y marinos, con significativa contribución a la profunda crisis ecológica que amenaza la existencia de la vida humana y de otras especies animales y vegetales, convirtiéndose en tema de gran interés para investigadores y gobiernos el problema del desarrollo económico sostenible.

El desarrollo económico sostenible pretende en la educación ambiental, al mismo tiempo, asociar el parámetro desarrollo económico y el de sustentabilidad con implicación del equilibrio ecológico, social y económico, para la diferenciación con respecto a políticas económicas centradas sólo en el crecimiento. Se percibe el desarrollo sostenible de la producción agropecuaria fundamentado sobre dos conceptos básicos: 1) relación sistémica entre desarrollo y medio ambiente, 2) necesidad y limitación.

La sostenibilidad se ha convertido en un objetivo mundial, sin embargo la sostenibilidad de los sistemas agropecuarios de producción y consumo están en entredicho, tal evidencian la crisis ambiental y las desigualdades económicas presentes tornándose necesaria la formulación de nuevos concepciones teóricas éticas sobre la responsabilidad ambiental.

La producción agropecuaria, aun en su modo más rudimentario, genera de por sí una amplia variedad de desechos tóxicos cuyo manejo inadecuado puede convertirlos en contaminantes y/o destructores del medioambiente. Tales es el caso de las excretas de los animales, los desechos de las alimentaciones animales centradas en piensos industriales, el empleo intensivo de fungicidas, plaguicidas, esteroides anabolizantes y antibióticos y los residuos del sacrificio de estos animales vertidos en fuentes hídricas, por solo citar ejemplos de generadores de dióxido de carbono, metano y otros identificados contaminantes de aguas, con tributo a la salinización de suelos, de efecto invernadero y destructivos de la capa de ozono.