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Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 24, No. 4, oct.-dic. pp. 110-117, 2020 Introducción.
La aparición de los fenómenos severos en el tiempo meteorológico (tornados, granizos y vientos lineales con rachas destructoras) está relacionada con cambios importantes en la morfología de las tormentas eléctricas; estos cambios pueden apreciarse con la ayuda de los radares meteorológicos y permiten introducir un estadio más en el ciclo de vida de las tormentas eléctricas (desarrollo, madurez y disipación) y que Browning (1965) denominó como estado de madurez severo. De manera que puede considerarse a las tormentas que alcancen ese estadio como un tipo especial de tormenta eléctrica con características propias, llamadas Tormentas Locales Severas (TLS).
Es ampliamente conocido que las TLS en Cuba ocurren en cualquier época del año, aunque pueden identificarse los meses de marzo a septiembre como los de mayor frecuencia y por lo general se forman en horas de la tarde, una o dos horas después de registrarse la máxima temperatura del día (Alfonso, 1994). Dado su carácter local, los efectos de estos fenómenos cobran importancia cuando se les analiza de conjunto, como suma de sucesos individuales, pues las consecuencias de una sola tormenta, por intensa que esta sea, se reducen casi siempre a unas decenas de km y resultan insignificantes si se les compara con los daños producidos por un huracán u otro sistema sinóptico.
El mayor número de estos reportes se corresponden con zonas alejadas de las costas aunque éstas últimas no quedan libres de las probabilidades de ocurrencia de TLS (Lecha et al. 1994), estas se producen por nubes cumulonimbus, caracterizadas por descargas eléctricas y precipitaciones en forma de chubascos que muy frecuentemente son de carácter intenso, así como una vida corta de la nube tormentosa (alrededor de una o dos horas).
Diversas son las investigaciones sobre esta temática, entre los que pueden mencionarse los aspectos teóricos de Carnesoltas (1987, 2002a, 2002b, 2011), Rojas (2006), Carnesoltas et al. (2010a, 2010b, 2013); los numerosos trabajos dirigidos por Aguilar et al. (2005, 2009, 2010), Aguilar (2006), y Bermúdez (2009), así como la cronología de Alfonso (1994), y Benedico et al., (2005); y los procesos asociados dedicándole especial interés; su vigilancia constituye labor básica de los centros meteorológicos.
El municipio de Yateras de la provincia de Guantánamo, situado al NNW de esta, en los 20º 21 ’ lat. N y. los 74º 56 ’ long. W; sus límites, al N, la provincia de Holguín, al E, el municipio de Baracoa; al S, los municipios de San Antonio del Sur y Manuel Tames; al W, el municipio de Guantánamo; ocupa un área de 664,3 Km y de ellos 507,3 es decir que el 76,4 % de su territorio está en la vertiente norte de Guantánamo correspondiente con la zona más lluviosa del país. Presenta una topografía montañosa en casi el 100%, las escasas llanuras custodian las márgenes de los ríos, formando pequeños y estrechos valles, por otra parte, toda su área se encuentra por encima de los 400 msnm. Estas condiciones físico-geográficas confieren características climáticas especiales al municipio objeto de estudio.
Las condiciones naturales de este municipio lo hacen participe a la presencia de este fenómeno meteorológico y por la importancia que presenta la ocurrencia a nivel económico como social, el presente estudio tiene como objetivo determinar el comportamiento de las TLS en este municipio, desde 1980 hasta el 2019, a partir de los reportes de un período de