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Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 24, No. 4, oct.-dic. pp. 21-30, 2020 Introducción.
La demanda de alimentos a nivel mundial se encuentra por encima de las ofertas, lo que hace posible una crisis alimentaria en muchas regiones que encierran a una parte importante de la población mundial. En este contexto, la producción de alimentos se encuentra constantemente amenazada por diferentes factores socioeconómicos, políticos y naturales. Desde el punto de vista natural, los cambios y transformaciones que ocurren en los patrones climáticos han atentado contra la producción de muchos rublos alimentarios. Extensas sequías, inundaciones y altas temperaturas, han sido los principales fenómenos que mayormente han incidido en la disminución de la producción de alimentos a nivel mundial y en contra de la soberanía alimentaria de muchas regiones.
Según Monterroso et al . (2020), los cambios climáticos en la agricultura han provocado cambios en las superficies aptas para el desarrollo de los cultivos, en el rendimiento esperado y en la estación de crecimiento. En el sector forestal, se estima la declinación de las masas arboladas, inducida principalmente por estrés hídrico asociado a eventos de sequía y por el ataque de plagas y enfermedades. Por ello, el aumento del ritmo de crecimiento de la población y su respectiva demanda de alimentos, hacen posible que la soberanía alimentaria en el mundo tienda a agravarse.
Particularmente la producción agropecuaria en Cuba se ha realizado mediante enfoques tecnológicos contrastantes, que han caracterizado dos períodos en la mayoría de las tierras agrícolas del país: (1) auge de la agricultura convencional, bajo la influencia del paradigma de la Revolución Verde, desde los años 60 ’s hasta finales de los 80 ’s, que condujo a la subvención de energía, insumos y equipos importados, (Funes-Monzote, 2009; Nova, 2001); (2) transición acelerada hacia la agricultura sostenible sobre bases agroecológicas desde principios de los 90 ’s, como una necesidad imperiosa, debido a la desaparición repentina de las importaciones de energía, insumos y equipos del antiguo campo socialista, que colapso el modelo de agricultura convencional, altamente dependiente de estos, (Funes, 2001).
El tema de la producción de alimentos en Cuba, ha sido considerado de seguridad nacional por la repercusión que tiene ante el bloqueo que ha impuesto por más de 60 años los EE.UU. A partir de la imperiosa necesidad de suplir la población de los alimentos básicos en función de disminuir las importaciones, en Cuba se han desarrollado diferentes experiencias que repercuten en el desarrollo local y la participación de las familias productoras en la producción de alimentos. La agricultura familiar, como parte de la política que lleva el país para el autoabastecimiento, se desarrolla en la ciudad o en zonas urbanas, los cuales han sido las experiencias desarrolladas por el MINAG y apoyadas por centros de investigación científica, aspectos que están relacionadas con la agricultura urbana y suburbana.
En el actual contexto, de transformaciones de la política económica y social promovidas por los lineamientos y políticas del estado, emergen como oportunidad, el proceso de descentralización de funciones a los gobiernos a nivel local (provincia y municipio), que permite articular mejor a los actores para implementar y diversificar el modelo económico y agrícola, con énfasis en el desarrollo local y el abastecimiento local de alimentos. El sector agropecuario es parte del reordenamiento económico y organizativo del país. El nuevo modelo agrícola tiene entre sus objetivos la producción alimentaria sostenible y competitiva que mejore la oferta en calidad y cantidad e integre factores económicos, tecnológicos sociales y ambientales.