Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 24, No. 2, abril-junio pp.126-133, 2020

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Sin embargo, las relaciones contractuales se concertan solo entre dos actores y no se aprovecha la oportunidad de incorporar otros para desarrollar un programa productivo, eficaz y coherente, donde exista el consenso entre las partes y se imprima mayor compromiso con las responsabilidades que tributan a objetivos comunes dentro de la cadena.

Aunque se han dado pasos para concientizar a los actores a través de la realización de acciones de formación, estos no cuentan con mecanismos de concertación que les permitan trazar una estrategia común para el logro de objetivos que tributen a su desarrollo y a la localidad donde se encuentran.

En esta ocasión, el estudio limita su alcance a un fragmento del eslabón primario, determinado por las formas no estatales de producción agropecuaria (11 CCS y 6 CPA productoras de cacao). Por lo que se hará énfasis en la caracterización de productores y productoras, como elemento principal que interviene en la parte inicial de la cadena de valor, la cual abarca la siembra, cosecha y acopio del cacao.

B. Fuentes y redes de información y comunicación.

Para el diagnóstico se aplicaron entrevistas, encuestas, observaciones y se analizó la información estadística encontrada. Es importante significar que, en este último caso, no se hace el desglose por género en algunos datos generales y por otra parte no se recoge información sensible concerniente a las condiciones de vida, situación familiar y responsabilidades adicionales de las mujeres, las que pudieran afectar su desempeño o disposición para asumir tareas que exijan tiempo no planificado.

Esto impide que se visualicen y propongan oportunidades justas a las mujeres, de acuerdo a sus características, contextos y necesidades específicas desde los diversos ámbitos en los que interactúan.

La falta de visión y mecanismos para lograr la integralidad y cooperación colectiva entre los diferentes actores, trae consigo la prevalencia de las redes de comunicación informal en el contexto de la cadena, donde proliferan los rumores, sustentados en la falta de confianza y el descontento de los productores por atrasos en los suministros de los insumos productivos, la no garantía de la transportación oportuna de las cosechas, y el incumplimiento de los pagos a las formas productivas en el tiempo establecido.

Aunque es bueno significar que existe un camino establecido para que fluya la comunicación desde la ANAP, como estructura orgánica superior, hasta las juntas directivas de las cooperativas y de ahí hasta cada cooperativista. El flujo de comunicación vertical descendente es el que prevalece, atendiendo al propósito de la información circulante, el tipo de canal por el que se difunden y la frecuencia con que se realizan.

Los matutinos, seminarios y reuniones en la cooperativa son las vías más tradicionales; pero también, la televisión, las capacitaciones, la radio, la prensa plana y demás materiales impresos, las que constituyen fuentes de información, según la opinión de más del 50% de las personas encuestadas. En contraste existen manifestaciones de flujo horizontal entre productores a lo interno de algunas cooperativas, lo que favorece la cooperación y coordinación necesarias para la realización de las tareas productivas, fundamentalmente entre mujeres, las que se muestran incluso solidarias o a modo de redes de apoyo social/comunitaria.