Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 24, No. 2, abril-junio pp.73-82, 2020

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curar las enfermedades y extender la vida de las personas, dominar las inclemencias del tiempo, y acercarse al infinito en todas las direcciones, (González, 2008).

En el ámbito social se aprecia el elevado costo del desarrollo que gravita sobre el capital humano, la insuficiente valoración del impacto social en el proceso de desarrollo, la incipiente cultura ambiental en cuanto a gestión participativa, la insuficiente sensibilización humana sobre los problemas del ambiente y la escasa utilización de los resultados de la ciencia y la tecnología para resarcir los efectos negativos sobre el ambiente.

Incuestionablemente, los actuales patrones de desarrollo y consumo se perciben ante el conocimiento científico contemporáneo, como absolutamente insostenibles en términos ecológicos y no pueden por tanto servir de referencia futura a los que pretenden desarrollarse, (Clark, 1998).

En consecuencia, parte de la Humanidad se ha dedicado a la búsqueda de un paradigma alternativo de desarrollo a los actuales y fracasados modelos existentes, que no son más que el resultado de la interacción multilateral de la sociedad, la ciencia y la tecnología, lo que a su vez ha propiciado el surgimiento de un nuevo paradigma científico, dados los nuevos retos que tal problemática le impone a la ciencia y a los propios científicos de estos tiempos, González, (2008). Al respecto, se precisa que un nuevo paradigma ofrezca una visión alternativa a la realidad actual, en consonancia con la búsqueda de una solución de esa contradicción.

Con independencia de unas u otras definiciones, los contenidos más sensatos que se han brindado sobre desarrollo socio económico sostenible, apuntan hacia la consecución de un crecimiento con eficiencia económica, garantizando el progreso y la equidad social por medio de la solución de las necesidades básicas de la población y la salvaguardia de las culturas, sobre la base del funcionamiento y la eficiencia ecológica de los sistemas biofísicos.

El emergente paradigma de la sustentabilidad constituye una teoría impecable, sensata y aparentemente ideal para salvar a la especie humana del holocausto ambiental, pero ciertamente enfrenta los obstáculos propios de no ofrecer una guía metodológica y práctica viable, consistir en una quimera para implementar en el mundo actual, la imposibilidad de tomar como meta para el futuro e ideológicamente por representar una nueva fórmula de dependencia y receta de neocolonialismo para el Tercer Mundo, González, (2008).

Entre las exigencias que el nuevo paradigma del desarrollo local sostenible le impone a la ciencia y a la tecnología actual, se impone reorientar las nuevas tecnologías, hacia la sustitución de recursos naturales y a la prevención de la contaminación ambiental, desarrollando programas pertinentes y coherentes que propicien la educación ambiental, contribuyan a mitigar las desigualdades entre ricos y pobres, así como propiciar la búsqueda de la calidad de vida en lugar del nivel de vida de la población.

Los cambios hacia la sostenibilidad presuponen poner en funcionamiento la capacidad de la sociedad para apelar a otras alternativas: industriales, tecnológicas, biotecnologías, etc., capaces de complementar las exigencias y las necesidades humanas, a introducir los más novedosos avances científicos y tecnológicos en materia de desarrollo socio económico sostenible.