- 74 -
Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 24, No. 2, abril-junio pp.73-82, 2020 Introducción.
El desarrollo científico y tecnológico es una de los factores más influyentes sobre la sociedad contemporánea. La globalización mundial, polarizadora de la riqueza y el poder, sería impensable sin el avance de las fuerzas productivas que la ciencia y la tecnología han hecho posibles.
En los momentos actuales abordar la relación naturaleza – sociedad, como procesos que interaccionan, tiene una importancia significativa, se trata de explicar el comportamiento de la humanidad ante los retos de la Revolución Científica Técnica, que, si bien ha constituido un gran salto en la acumulación de saberes humanos, también ha propiciado la acelerada destrucción y apropiación irracional del medio ambiente.
A las puertas del siglo XXI el nivel de desarrollo nunca antes alcanzado por la ciencia y la tecnología está marcando transformaciones tan significativas en la sociedad actual como lo hicieron en su momento las dos revoluciones industriales, de ahí la denominación de tercera revolución industrial al cambio cualitativo y la interrelación ciencia-técnica-tecnología- producción y el papel protagónico de la ciencia y su conversión en fuerza productiva directa.
El resultado histórico que ha devenido del desarrollo conocido hasta el presente no ha conducido sino, a un marcado deterioro del medio ambiente, a consecuencias de una insensata y despiadada intervención humana sobre los sistemas ambientales del entorno planetario.
Se hace necesario entonces realizar un análisis de la relación ciencia-tecnología-sociedad y cómo esta ha repercutido en el actual desarrollo de la humanidad y el papel que le corresponde asumir en el marco del nuevo paradigma desarrollo local sostenible, teniendo en cuenta la compleja relación entre los avances en la ciencia y las tecnologías científicas en los albores del tercer milenio y el desarrollo sostenible, como la vía más sensata para salvar la vida en el planeta.
La ciencia y la tecnología han aportado incuestionables resultados a la humanidad; sin embargo, a más de veinte siglos de civilización del planeta, el ser humano afronta la inexcusable necesidad de rectificar estilos y formas de desarrollo económico, que de continuar su desenfrenado ritmo, amenazan agotar para siempre recursos inapreciables del patrimonio universal, y lo que es peor, comprometer la existencia misma de las futuras generaciones de seres humanos, (Clark, 1998).
Sobre el particular, Castro, F (1992), seña ló: “los portentosos avances de la ciencia y la tecnología se multiplican diariamente, pero sus beneficios no llegan a la mayoría de la Humanidad, y siguen estando en lo fundamental al servicio de un consumismo irracional que derrocha los recursos limitado s y amenaza gravemente la vida en el planeta ”.
En consecuencia, en Cuba se avanza en la concepción de un desarrollo socio económico que se centre en sus ciudadanos, así como la sostenibilidad y armonía con el ambiente. En aras de buscar mayor desarrollo sustentable en los territorios rurales, atendiendo a sus particularidades, se ha de tener como protagonista a la comunidad local.