Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 24, No. 2, abril-junio pp.11-19, 2020
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Introducción.
Uno de los métodos fundamentales para la prevención de la corrosión es la utilización de
inhibidores, y éstos son productos químicos que reaccionan con la superficie metálica,
dando a la misma cierto nivel de protección. Algunos tipos de residuales industriales,
contienen elementos que debido a sus propiedades inhibidoras pueden ser usados para
combatir este problema que afecta a nivel mundial. Durante muchos años, la práctica
tradicional ha sido exigir a la industria la utilización de tecnologías para el control de la
contaminación al final de los procesos o actividades, a fin de garantizar el cumplimiento de
los límites máximos admisibles de contaminantes en las emisiones y descargas, reduciendo
con ello los riesgos para la salud y el ambiente asociados a este fenómeno, sin embargo, el
problema persiste, siendo la utilización de residuales industriales una alternativa atractiva,
que permite, al mismo tiempo, el tratamiento adecuado y aprovechamiento de los mismos, lo
que contribuye a la disminución de la contaminación del medio ambiente. De esta forma, se
pueden obtener productos valiosos y un desecho con valor negativo pasa a ser una materia
prima cuyo empleo resulta económicamente ventajoso.
La contaminación es uno de los problemas ambientales más relevantes que afectan al
mundo y surge cuando se produce un desequilibrio natural que cause efectos adversos en el
hombre, en los animales y vegetales. Un ejemplo lo constituye la industria alcoholera
cubana, que al verter sus efluentes (vinaza), trae como consecuencia un alto poder
contaminante en ríos y mares provocando afectaciones al medio ambiente.
Las vinazas de las destilerías de alcohol etílico, son los residuales de mayor agresividad y
carga orgánica que genera la industria azucarera en su conjunto (MINAZ. 1995), los que se
producen en una proporción de 12 a 15 L por cada litro de alcohol producido y una
agresividad de 60 000 a 150 000 mg DQO/L, casi mil veces mayor que la permitida por la
normatividad. La solución de esta problemática debe apoyarse fundamentalmente en
medidas para la reducción del volumen y agresividad de los mostos y alternativas de
aprovechamiento.
Estudios realizados por Ojeda E. y Hing R. permitieron evaluar los sólidos de la vinaza
obtenidos por electrocoagulación, demostrando la efectividad de este producto como
inhibidor de la corrosión del acero a diferentes valores de pH.
La electrocoagulación es un tratamiento electroquímico muy utilizado en el tratamiento de
residuales, por medio del cual se desestabilizan contaminantes suspendidos, emulsificados
o disueltos en un medio acuoso, haciendo pasar una corriente eléctrica a través del mismo.
La operación se lleva a cabo usando una variedad de ánodo y cátodo geométrico, electrodos
consumibles, generalmente de hierro o aluminio, por los cuales fluye la corriente necesaria
para que los mismos comiencen a reaccionar con el medio, análogamente a un proceso de
corrosión. Los principales factores que influyen en la eficiencia del proceso de
electrocoagulación son: el pH, la temperatura de la solución, el tiempo de residencia, el
material de los electrodos y la intensidad de la corriente. El fundamento teórico de la
electrocoagulación consiste en que la precipitación se lleva a cabo al mismo tiempo que la
desestabilización de coloides.
En la actualidad, se llevan a cabo investigaciones para determinar las condiciones factibles,
técnica y económicamente, que influyen en el proceso de electrocoagulación de la vinaza,
con el objetivo de obtener sólidos inhibidores de la corrosión, resolviéndose dos problemas