- 93 -

Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 24, No. 1, enero-marzo pp. 92-99, 2020 Introducción.

En las investigaciones entomológicas y epidemiológicas que se ejecutan en brotes y casos introducidos de enfermedades de transmisión vectorial, es importante valorar el comportamiento de cuatro componentes esenciales: virus, vector y huésped susceptible, todo interrelacionado con el ambiente. Su incidencia mantiene una clara tendencia al aumento, representando un alto impacto económico, político y social .

Se conoce que el calentamiento global aumenta el riesgo futuro de epidemias; en el contexto del cambio climático se incrementan las condiciones para un aumento de las poblaciones vectoriales y consecuentemente crea condiciones propicias. Las altas temperaturas pueden acelerar la transmisión del dengue incluso durante períodos con bajas precipitaciones, ya que en la población tiene el hábito de acumular agua en contenedores, lo que favorece la existencia de criaderos del vector e influye en la dinámica de la transmisión.

El dengue es una enfermedad viral aguda causada por los virus del dengue (DENVs, por sus siglas en inglés), de los que se conocen cuatro serotipos (DENV-1 al 4). Esta enfermedad es transmitida al hombre por el mosquito Aedes aegypti , su principal agente transmisor.

En sus estudios Mateo, Torres, Manet y Saldivar, (2017), indican que durante las últimas décadas ha aumentado enormemente su incidencia en el mundo; más de 2 500 millones de personas están en riesgo de contraerlo.

Anualmente ocurren aproximadamente 390 millones de infecciones por el virus, diseminadas en más de 100 países. En la Tesis para obtener el título de especialista en Epidemiologia titulada Epidemiologia de la Fiebre por Dengue en Xalapa, Veracruz del año 2008 al 2011, refiere su autora que México ocupa el octavo lugar de incidencia mundial. En todos estos países los costos humanos y económicos son asombrosos.

La situación epidemiológica del dengue sigue siendo compleja, se presenta en todas las regiones tropicales y subtropicales del planeta. En años recientes, la transmisión ha aumentado de manera predominante en zonas urbanas y semiurbanas y se convierte en un importante problema de salud.

Es una enfermedad endémica del continente americano. Centroamérica ha contribuido en los últimos 5 años con el 7,7% de los casos del continente, siendo Costa Rica el país con la mayor tasa media de incidencia de casos durante el último decenio, con 490,8 casos por cada 100 000 habitantes, a diferencia de Panamá, Guatemala y República Dominicana, los cuales mostraron las menores tasas de incidencia.

En el país evoluciona por brotes epidémicos en las diferentes provincias. En Guantánamo se reportan en determinados periodos del año, con mayor incidencia en el municipio capital. El área de salud en estudio cuenta con una población de 34057 habitantes, una densidad poblacional de 665 hab. /Km2; distribuida en 204 Manzanas y dos Grupo Básico de Trabajo (1 y 2) enclavados en los Consejos Populares (Pastorita y Norte Los Cocos). Presenta un clima tropical, un verano bastante cálido y las precipitaciones distribuidas en dos estaciones: estación lluviosa desde mayo a octubre con el 70% aproximadamente de la lluvia total anual y la estación poco lluviosa con el 30% del total anual y comprendido desde noviembre hasta abril. La temperatura promedio es de 28-32 grados Celsius; favorecedor de la aparición de brotes epidémicos.