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Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 24, No. 1, enero-marzo pp.51-58, 2020 Resultados y discusión

En Cuba, existen 1 millón de hectáreas afectadas por salinidad (ONEI, 2016), que representa el 14,9 % de la superficie agrícola. Ocupa el 4 lugar dentro de los factores limitantes de los suelos, Riverol et al., (2001), por lo que constituye uno de los principales procesos que deterioran la fertilidad de los mismos. En el esfuerzo por mitigar y controlar los impactos del cambio climático, a nivel nacional y global es necesario unir esfuerzos y estrategias de forma coordinada.

Castro, (1985) citado por Flores et al., (1996), destacó la tendencia a la salinización de las tierras en la región de Guantánamo por la naturaleza del terreno, mineralización que tienen ciertas aguas, y salinización que tiene el manto freático. El hecho real es que se pierden áreas por problemas de salinización y este también es otro desafío científico. ONEI, (2016), reportó 20 000 ha afectadas por salinidad en la provincia Guantánamo, ubicadas en su mayoría en el valle de Guantánamo.

Ortega y Acevedo, (1987) citado por Flores et al., (1996), señalan que, en la Cuba precolombina, los suelos salinos naturales ocupaban sólo pequeñas áreas de las zonas costeras donde la formación de las turbas y los depósitos carbonáticos ocurren en un ambiente salobre, así como en algunos puntos de la provincia Guantánamo, donde las lluvias no alcanzan los 600 mm al año.

Asimismo, Cabrera, (1992), citado por Flores et al., (1996), en un acabado y elocuente análisis de la historia del proceso de salinización en el valle de Guantánamo, relata que los reportes más antiguos datan de 1920 en los trabajos de Bennet y AIIison (publicados en 1966), donde se describen ocho perfiles típicos de la zona, de los cuales cuatro presentaban diferentes niveles de salinidad encontrándose ubicados hacia el sur de la provincia.

Son múltiples los resultados recogidos en la bibliografía mundial acerca de la recuperación y/o mejoramiento de los suelos afectados por sales. Una de las tecnologías más efectivas es el lavado de suelos, que se hace con el objetivo de recuperar terrenos salinizados o para mantener un contenido de sales en niveles aceptables. El lavado de las sales, con vistas a que estas sean arrastradas en profundidad más allá de donde alcanzan la mayor parte de los sistemas radicales de las plantas, es una medida esencial con vistas a la recuperación de los suelos degradados por su acumulación. Para alcanzar tales objetivos, el sistema más simple consiste en un riego abundante, a veces incluso con agua ligeramente salina, que disolverá las sales y las arrastrará hasta los horizontes más profundos del perfil del suelo. Para ello es necesario mejorar el drenaje por medio de una labranza profunda y la incorporación de materia orgánica, para asegurar un flujo descendente del agua de riego y lixiviar las sales.

También se utilizan microorganismos benéficos para el control de la salinidad del suelo, estos degradan contaminantes orgánicos o disminuyen la toxicidad de otros contaminantes inorgánicos del suelo a través de la actividad biológica natural, mediante reacciones que forman parte de sus procesos metabólicos.

La tecnología utilizada tradicionalmente en muchos lugares para disminuir los niveles de salinidad en el suelo es la de mejoradores químicos. La aplicación de yeso y azufre aumentan la permeabilidad de los suelos floculando las partículas de arcilla, logrando aumentar el porcentaje