Introducción.
A nivel internacional, el debate sobre políticas públicas en el contexto de las cadenas de valor se
ha centrado en el papel del Estado y el mercado en el proceso de desarrollo, asociado a la
existencia de fallas del mercado como: las economías de escala, la competencia imperfecta y el
poder de mercado, la incertidumbre, las externalidades y derrames del conocimiento para
justificar la necesidad de políticas públicas, con su reflejo en países en desarrollo donde los
mercados son imperfectos, subdesarrollados o inexistentes y en los que la incertidumbre es
generalizada, Pietrobelli y Staritz, (2017).
Por ello, se hace necesario una gestión desde los gobiernos locales con enfoque de cadena de
valor, donde el énfasis esté en las empresas, las personas y territorio-localidad, con el objetivo
de buscar un desarrollo integral y sostenible, Arias, (2019), en correspondencia con la realidad
objetiva, recursos, innovación, y satisfacción de las necesidades del territorio en cuestión. El
enfoque territorial se refiere a cadenas de valor múltiples, ubicadas en un espacio particular,
donde el énfasis está basado más en la oferta actual o potencial (lo que se podría producir bajo
el mismo clima, suelo, mano de obra), que, en la demanda, aunque en la práctica esto cambia
como parte del proceso dinámico asociado con el uso de este enfoque.
Esta forma de comprender el enfoque fija dos puntos de vista esenciales en su utilización: el
primero es su enfoque de procesos, actores y desde la producción hasta el consumo final y el
segundo su enfoque territorial que tiene en cuenta la localización espacial de múltiples cadenas
de valor y su articulación, Arias, (2019). Este es importante ya que posibilita identificar
potencialidades y limitaciones locales, en función a las vocaciones del territorio, priorizándolas en
función de las ventajas comparativas locales y de las demandas locales-nacionales (cadenas
oportunidad - visión compartida), propiciando la inclusión, transparencia y la concertación entre
el gobierno local y la multiplicidad de actores que tiene presencia en el territorio, Arias, Torres y
González, (2019).
Todas estas complementariedades, tienen su reflejo en el contexto cubano, donde también
comienza a visualizarse la cadena de valor, como enfoque necesario en la senda del desarrollo.
Entre las experiencias prácticas validadas se encuentra la cadena de valor del cacao en el
Oriente Rural. Sistematizar sus prácticas posibilita el proceso de ordenación y divulgación del
conocimiento disperso a lo largo de la experiencia, lo que posibilitaría su desarrollo en otras
actividades, a tono con el contexto socioeconómico del país.
Es por esto que el presente artículo tiene como objetivo: Sistematizar las prácticas de la cadena
de valor del cacao en Guantánamo como contribución a la gestión del conocimiento útil para el
desarrollo local.
La sistematización apunta a describir y a entender qué sucedió durante la experiencia de la
cadena de valor del cacao en los municipios de Baracoa y San Antonio del Sur de la provincia
Guantánamo, y sus resultados son fundamentales, por lo que describirlos es parte importante de
la sistematización, además de poder extraer lecciones que permitan mejorarlos en el futuro.
El análisis de cadenas de valor (CV) provee una visión holística y explora los vínculos entre la
producción, la distribución y el consumo local, nacional o internacional. Los conceptos de mejora,
innovación y modernización se han desarrollado hasta convertirse en una piedra angular de la