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Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 23, No. 4, octubre-diciembre pp. 88-97, 2019 Introducción.

La política de la Revolución Cubana de priorizar la educación, ha creado una acumulación de conocimientos que permite que Cuba, país del tercer mundo, bloqueado por más de 50 años pueda tener resultados significativos con el logro de una larga trayectoria en la formación de profesionales e investigadores, para enfrentar los desafíos de la era del conocimiento, y el deterioro del Medio Ambiente. El Lineamiento 125 del VI Congreso del PCC expresa la necesidad de formar un personal capacitado y actualizar los programas universitarios en función del desarrollo sostenible y hacer frente a las nefastas consecuencias de la acción indiscriminada del hombre sobre el Medio Ambiente.

Numerosas han sido las acciones acometidas por los países a esfera global para proteger el Medio Ambiente. En el año 2015, luego del cumplimiento del plazo de los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), los Estados acordaron una nueva agenda para el desarrollo. La agenda de desarrollo 2030, que no es más que un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad, y tiene por objeto fortalecer la paz universal dentro de un concepto más amplio de la libertad. La aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) representa una oportunidad histórica para unir a los países y las personas de todo el mundo y emprender nuevas vías hacia el futuro. Los ODS están formulados para erradicar la pobreza, promover la prosperidad y el bienestar para todos, proteger el Medio Ambiente y hacer frente al cambio climático a nivel mundial.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y sus 169 metas son de carácter integrado e indivisible, de alcance mundial y de aplicación universal, tienen en cuenta las diferentes realidades, capacidades y niveles de desarrollo de cada país y respetan sus políticas y prioridades nacionales.

Si bien las metas expresan las aspiraciones a nivel mundial, cada gobierno fijará sus propias metas nacionales, guiándose por la ambiciosa aspiración general pero tomando en consideración las circunstancias del país. Cada gobierno decidirá también la forma de incorporar esas aspiraciones y metas mundiales en los procesos de planificación, las políticas y las estrategias nacionales. Es importante reconocer el vínculo que existe entre el desarrollo sostenible y otros procesos pertinentes que se están llevando a cabo en las esferas económica, social y ambiental.

En Cuba, como en varios países de América Latina y el Caribe se ha entendido el proceso de reorientación de la Educación Ambiental hacia el Desarrollo Sostenible desde que se planteó como acuerdo de la Cumbre de la Tierra en Brasil 1992, como un proceso normal de evolución del concepto ante los desafíos y orientaciones actuales del mismo, reconociendo los importantes aportes hasta el momento para la educación cubana. Estudios realizados en diferentes países y en Cuba evidencian la necesidad de continuar incorporando la dimensión ambiental en los procesos de Educación y Formación para que se incorpore lo ambiental como parte orgánica del contenido escolar y en el desempeño de los profesionales de este sector. En este proceso de perfeccionamiento y actualización de las tareas de Educación Ambiental en el presente Siglo, resulta de vital importancia reconocer la fuerza orientadora y su impronta para alcanzar la necesaria reorientación hacia el Desarrollo Sostenible, planteado desde la Cumbre de la Tierra en Brasil 1996.