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Hombre, Ciencia y Tecnología ISSN: 1028-0871 Vol. 23, No. 4, octubre-diciembre pp. 79-87, 2019 Resultados y discusión

Gráfico 1. Resultados de la densidad por rutas

Dentro de las propiedades físicas de la leche, la densidad tiene singular importancia por la relación directa con su calidad y sobre todo por ser uno de los parámetros que se miden para el pago de la leche cruda y varía entre los valores dados según sea la composición de la leche, pues depende de la combinación de densidades de sus componentes, que son los siguientes: agua:1,000 g/cm3; grasa: 0,931 g/cm3; proteínas: 1,346 g/cm3; lactosa: 1,666 g/cm3 y minerales: 5,500 g/cm3 (Fernández et al., 2014).

Los resultados obtenidos en general concuerdan con las medias de densidad láctea reportados en la literatura, aunque los valores mínimos descendieron en el mes investigado hasta 1,0287 g/cm³, valores bajos respecto a las regulaciones vigentes en Cuba, pero considerados como normales según criterios de Cabrera et al. (1987), quienes definen entre 1,027-1,034 g/cm³ los límites de la densidad de la leche vacuna. Citados por González et al. (2010), confirman como normal la densidad láctea comprendida entre 1,027 g/cm³ y 1,033 g/cm³ como establece la NC 448 (2006). Sin embargo, los valores máximos obtenidos en la investigación se encuentran algo alejados de los límites superiores referidos, pues no excedieron los 1,030 g/cm³ de densidad en ningún día del mes investigado. Estos resultados también son similares a los reportados por Gallo (2018) en la UBPC “Piti Fajardo ” Holguín, Cuba.

Se encontraron diferencias significativas entre las diferentes rutas, en el caso de Gibara sus resultados difieren de todas las rutas con valores que están por debajo de lo establecido por la referida norma cubana; estas alteraciones en la disminución de la densidad, se reportan muchas veces asociados al síndrome de leche anormal (SILA), a la insuficiencia que presentan los componentes lácteos, sobre todo la proteína y los sólidos no grasos, los cuales pueden alterarse fundamentalmente por factores de manejo y alimentación dentro de las explotaciones lecheras según Hernández y Ponce (2003); a las diferencias en el manejo entre vaquerías como señala Bennett, (2012); pero también la densidad puede variar por adulteraciones como la adición de agua, de grasas extrañas, desnatado, adición de conservantes sólidos, y sustancias solubles (azúcares, sales), situaciones todas que llevan implícitas la actividad del hombre.